Vivir una vida plena y feliz no es fácil, así como tener una relación armoniosa y estable con la pareja, la familia, amigos o compañeros de trabajo.
No es cuestión de suerte, se requiere de bastante audacia, fortaleza, compromiso, mucho trabajo, comunicación, humor, pero principalmente amor propio…
Afirmar “Me amo” implica ser una guerrera imperturbable que toma las riendas de su vida. Los logros, triunfos, la relación de pareja, los amigos, etc., nos pueden acercar a la felicidad pero cuando se tiene la falsa creencia de que el amor depende de otras personas o de cosas materiales, el miedo al vacío y a la pérdida se apodera de nosotras, cosa que no sucede cuando se alimenta el amor propio.
¿Quién mejor que nosotras mismas para levantarnos el ánimo día con día? Cuando te amas a ti misma no existe el miedo, no existe la duda, no existe la co-dependencia...
Invierte tu tiempo en autoconocimiento, en educación emocional, aprendizaje y profundización para gestar el amor hacia tu propia persona, y por ende extenderlo a tus relaciones con los demás. Comprobarás que de esta forma la abundancia, las relaciones armónicas, la paz interior, y los proyectos por realizar llegarán fácilmente a tu vida.
A continuación comparto estas características de las personas que se aman, y entonces aman a los demás:
SE VISUALIZAN a sí mismos y a los demás de forma positiva.
SE CUIDAN, se alimentan de forma saludable, se ejercitan, se mantienen en condiciones óptimas física y emocionalmente.
TIENEN AUTOCONTROL y son moderados. No suelen caer en excesos comprando, comiendo, bebiendo, fumando, trabajando, hablando de los demás, etc.
NO SE TOMAN NADA PERSONAL porque “No existe el enemigo”. Mantienen el orden, respetan a los demás, siguen las reglas, no intentan cambiar a quienes les rodean.
VEN LA VIDA CON HUMOR y no se indignan. La gente feliz que se ama ríe de los demás, de sí misma, de las circunstancias y de los problemas, porque nadie es perfecto.
¿Quieres trabajar en tu capacidad para amar a los demás? Empieza contigo misma...
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