A medida que pasan los años nuestra piel se vuelve más seca. En su mayor parte ocurre de forma progresiva. Generalmente, de los cuarenta años de edad en adelante comenzamos buscar sueros y cremas hidratantes en lugar de productos exfoliantes.
Sin embargo, hay un periodo de tiempo en el que los cambios en la piel se notan más que nunca: LA MENOPAUSIA... Durante esta etapa todo cambio en la piel se torna más dramático y agresivo.
¿Por qué sucede esto?
Los cambios en la piel durante la menopausia se deben a la debacle de las hormonas sexuales, tal es el caso de la progesterona y el estrógeno. A medida que las hormonas disminuyen, las funciones que realizan para mantener la vitalidad de la piel también disminuyen, caracterizadas por una disminución en el sudor y las funciones inmunológicas, lo que resulta en alteraciones significativas en la superficie de la piel, incluido el pH y los lípidos. Estos cambios también proporcionan alteraciones en la piel que pueden afectar el microbioma cutáneo.
El estrógeno en particular, es clave para el buen funcionamiento de la piel, vasos sanguíneos, folículos pilosos, glándulas sebáceas y melanocitos. Está asociado con la producción de colágeno, aumento del grosor de la piel, aumento de la producción de ácido hialurónico, mantenimiento de la hidratación de la piel y mejora de la cicatrización de heridas.
La progesterona, otra hormona sexual que disminuye durante la menopausia, está menos conectada con estas funciones. Sin embargo, sí contribuye al nuevo comportamiento de nuestra piel. El efecto de la progesterona en la piel está menos definido, pero se cree que contribuye a la elasticidad y pigmentación de la piel, así como al aumento de la circulación y la actividad de las glándulas sebáceas que se observa en la segunda mitad del ciclo menstrual.
Básicamente, la disminución de estas hormonas sexuales significa que la función de la barrera de la piel se debilita, produce menos aceite y su delicada microflora verá cambios drásticos.
3 Consejos de hidratación para la etapa de la Menopausia:
Concéntrate en fortalecer la barrera cutánea:
Debido a que la función de barrera de la piel está debilitada, debes hacer todo lo necesario para reparar el daño. La barrera de la piel comprometida es más susceptible a la inflamación que puede causar una variedad de problemas, tales como arrugas e irritación. La segunda razón es la pérdida de agua.
Los ingredientes que tienen a tu barrera incluyen ácidos grasos, ceramidas, ácido hialurónico y hialuronato de sodio.
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Invierte en aceites:
Debido a que tus poros producen menos sebo, puedes agregar un aceite a tu rutina. Ten en cuenta que los aceites son oclusivos y actúan como un sello, por lo que necesitan humedad debajo para realizar su trabajo. Puedes aplicar aceite después de una bruma hidratante o encima de una crema a base de agua. Puedes probar con aceites prensados en frío como el aceite de ricino o el de coco.
Toma un buen suplemento:
Los suplementos de colágeno son muy efectivos para mantener la piel hidratada, ya que después de los 30 disminuye la producción de dicha proteína que ayuda a mantener la lozanía y firmeza de la piel, músculos y tejidos. AQUÍ NUESTRO COLÁGENO HIDROLIZADO FAVORITO
La menopausia afecta la piel de varias formas. Uno de los más notorios es la sequedad. Si tienes este problema actualmente hay varias formas con las que puedes ayudarte, incluido el fortalecimiento de la barrera de tu piel, la adición de aceites y el uso de suplementos adecuados.
Es importante que ante un problema severo de resequedad en la piel, u otros síntomas asociados con la menopausia, acudas con un especialista.
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